sábado, 7 de junio de 2014

Un punto y seguido

Como último paso para dar por concluido este curso de innovación y desarrollo, vamos a hacer un pequeño repaso a los aprendizajes que hemos adquirido en estos últimos meses.

Como nuestra formación está más orientada a la comunicación, no siempre nos hemos centrados en aspectos más procedentes de otras ciencias como la económica, por lo que en el apartado teórico hemos visto algunas cosas nuevas y seguramente útiles para el futuro, tales como los manuales básicos de la economía a lo largo de los últimos siglos, el paradigma de desarrollo territorial, las experiencias de Emilia Romagnia y otros lugares... Además hemos conceptualizado la idea de innovación y su evolución y distintos matices.

Por otro lado, en la faceta metodológica, ha sido interesante trabajar en grupo porque nos hemos sentido a gusto a la hora de distribuirnos las tareas y realizar un trabajo a la altura de las expectativas de todos. Personalmente, creo que también ha influido en eso la afinidad que teníamos entre los integrantes del grupo, lo que ha permitido llegar rápidamente a consensos y a una buena armonía en las tareas.

Así que, en definitiva, ha sido una experiencia positiva porque siempre hay cosas de las que se aprende cuando conocimientos nuevos, y esto nos ayuda a limar todas las asperezas que darán lugar a nuestra forma propia y única de trabajar y pensar.

martes, 20 de mayo de 2014

Genuinidad

En la última clase estuvimos repasando los últimos conceptos más teóricos que vamos a ver con Omar, ya que esto va llegando poco a poco a su fin, así que ahora es época de estragos: prisas, falta de tiempo, cansancio, amagos de estrés..., aunque al fin y al cabo es lo que toca y simplemente queda realizarlo.

Entre estos conceptos que veíamos, uno de ellos nos llamó la atención a varios de nosotros: aquello de la innovación genuina. Y raíz de esto de la genuinidad, término que no estoy seguro que rece en la RAE, se me ocurría que estaría bien entroncarlo con estos últimos días que nos quedan y con una frase que he leído por ahí recientemente.

"El éxito es un 1% de inspiración y un 99% de transpiración"

Es decir, una pequeña parte de genuinidad y una mayor proporción de esfuerzo. Así que para estos días, y de cara a mis compañeros y colegas, que me consta que andan algo estresados, me gustaría aportar mi granito de arena para recordarles que tienen que dar ese 1% de todo aquello que les hace únicos y el 99% de todo el sudor y espíritu que tienen; porque así, las cosas seguro que llegan a buen puerto. Vista en el horizonte, y a caminar.

miércoles, 23 de abril de 2014

A propósito de...

En esta ocasión vamos a comentar una entrada de otro colega bloguero, Roberto Carballo, concretamente una entrada que nos ha despertado un nuevo interloquio innovador a estas horas de la noche, porque lo que no apremia puede aguantar hasta mañana. En definitiva, que andamos entre deconstrucciones y Confuccios.

Hace unas semanas en otra clase del máster, nos hablaba un profesor sobre la importancia de la filosofía confucciana en China, y la, por lo tanto, reverencia constante al maestro, al padre, al profesor, que allí se perpetúa. Y es que tiene una influencia vital la manera en la que afrontamos las enseñanzas de aquel que está para enseñarnos: si  uno se enfrenta a lo dicho por el maestro o el padre con la soberbia del que lo sabe todo, seguramente recibirá por manos del tiempo y el destino una bofetada a cobro revertido por tanta vanidad; pero, por otro lado, si uno se enfrenta a ello con la impoluta humildad que roza la servidumbre, de
igual manera recibirá la bofetada de lo intrascendente de su aprendizaje de cara a ese tiempo y destino.

Porque habría que plantearse si existen verdades inamovibles ante las cuales uno deba arrodillarse, o matices que quepan ser despreciados: habría que plantearse si en lugar de la ególatra soberbia o la comedida humildad, no sería mejor enfrentarse a lo dicho con seguridad pero con respeto; con la seguridad y firmeza de que con el esfuerzo se pueden conseguir cosas que mejoren nuestro mundo, y con el respeto y agradecimiento por aquel que te da por regalo aquello que con su seguridad y antaño consiguiera con su seguridad y firmeza. Y ya que el último día recitamos a Nietzsche, vamos a terminar este interloquio con unas palabras suyas: “Todo aquel que construye el futuro, tiene derecho a juzgar el pasado”.

miércoles, 2 de abril de 2014

Dimes y diretes

Esta semana ha estado algo movida con los acontecimientos que han marcado el calendario, así que espero se disculpe cierta falta de atención. Por un lado, hace unos diez días tuvimos la ‘Marcha de la Dignidad’, cuyos coletazos han dado la vuelta por todos los medios de comunicación; y por otro –o más bien por el mismo porque la influencia y consecuencias han ido parejas-, la última semana de clase vivimos un nuevo período de huelga.

Quizá este no sea el lugar más propicio para dar lugar a un juicio personal, pero sí parece cada vez más difícil elaborarlo: porque tener una opinión concisa y cerrada se antoja harto complicado. Los coletazos que han querido hacer como más visibles o aparentes de la ‘Marcha de la Dignidad’ son aquellos que han sido llevados a cabo por una minoría, y que no parecen mostrarse como las mejores cualidades del ser humano; no obstante, una mayoría que sí hacía gala de buenas cualidades ha sido bastante ocultada, o si no ocultada, si velada; porque se le ha hecho un vacío bastante grande, y no ya sólo por medios de comunicación o dirigentes, sino también por la opinión pública, por las conversaciones de hola y adiós y la de los bares. Pareciere que el dilema se trate de adivinar de qué bando está cada uno, en lugar de reflexionar en el porqué de la existencia de bandos. Es cierto que un vistazo a la historia de este país – un vistazo no necesariamente muy exhaustivo- muestra que la bipolaridad es el carácter que rige los pasos en estos lares, y también es cierto que para la bipolaridad se hace necesaria en muchas ocasiones la medicación, y esa es la cuestión: ¿cuál es el medicamento para semejante dolencia? Normalmente, cuando una balanza se cae irrevocablemente para uno de los dos lados, lo que se hace es situar algo de contrapeso para contrarrestar el desequilibrio y que así ambos lados alcancen una armonía. ¡Ay armonía…! Pero una de las claves para esto es la mesura: uno no puede medicarse a su antojo para modificar premeditadamente las cosas: hay que suavizarlas, atenuarlas. Porque, ¿quién sabe?, lo mismo Aristóteles tenía razón en aquello de que no en los extremos se encuentra la virtud. Puestos a no ser cobardes, ¿por qué temerarios? ¿No mejor valientes?

Pero me enredo entre dimes y diretes, y mejor sería aportar algo pedagógico al día, así que ahí va una cita de un borracho que también escribía libros, “el problema con el mundo es que las personas inteligentes están llenas de dudas, mientras que los estúpidos están llenos de confianza”. Charles Bukowski.

lunes, 17 de marzo de 2014

Consideraciones intempestivas

Como nos encontramos a mitad de semana, me parece interesante hacer unas reflexiones de las dos últimas clases y de la que está por venir este próximo miércoles.

La pasada semana estuvimos hablando de los textos que nos había tocado leer y cada uno, y la verdad que la puesta en común fue bastante prolífica. Hubo distintas fases y en cada una de ellas sacamos cosas de provecho: primero dando ideas al aire sobre el texto para acercarnos un poco al contenido y que así aquellos que no hubieran leído el texto que le correspondían a los otros también tuvieran una noción de todo; en segundo lugar haciendo comentarios que se hubieran despertado a partir de las lecturas, y posteriormente las que salieron a raíz del observador, que fue Julio; por último estuvimos valorando y podría decirse que se alcanzó el debate. En general fue bastante interesante.

Como para esta clase que entra nos tocará hablar del ‘modelo para innovar’, esperaremos a poner las ideas en común para posteriormente plasmarlas en el blog. Además, de la clase penúltima, me volvió a entrar el gusanillo por darle unos tientos a Don Miguel Unamuno, que se encuentra entre mis favoritos: es de esos autores que tiene el ‘DON’ de mostrarte nuevo aquello que aparentemente para ti ya no lo es. Fue una alegría volver a recordar al afable Orfeo.

martes, 11 de marzo de 2014

Entre la rigidez y la flexibilidad

Esta entrada del blog vamos a dedicarla a lo que hemos trabajado en la primera clase acerca de los modelos de producción, y un texto bajo el nombre de 'Los paradigmas sociales del Posfordismo'.

Una de las cosas que no podemos perder de vista a la hora de hablar de estos modelos que han dominado la esfera económica, es precisamente que no únicamente afectan a esta esfera sino que la implicación, el entrecruzamiento de lo social, lo político, tecnológico o cultural es una constante; y de hecho, podríamos decir que todas estas dimensiones se retroalimentan de los cambios que se producen en cada una de ellas. Por eso, en mi opinión, cualquier enfoque que pretenda ser exclusivo de un campo determinado va a estar destinado a dejar fuera cosas de gran interés: esa es una de las ideas que se desprende del artículo sobre los distintos paradigmas.

Centrándonos ahora en eso del fordismo y el posfordismo, vemos que la importancia de la tecnología es crucial tanto en ambos modelos, como en la evolución de uno a otro; y esto no debe significar caer en un determinismo tecnológico, y sí más bien en ver qué hay detrás de ese desarrollo brutal de la tecnología, es decir; qué lo ha hecho posible: y seguramente la conclusión que sacaríamos es que el progresivo desarrollo del saber humano - me gusta más ese término que el de 'capital humano'- haya sido el camino. Y es por eso que se debe reflexionar sobre si los distintos modelos que se ajustan a cada momento de la historia son los más adecuados para la explosión de saber más que de capital.

Titulábamos esta entrada con aquello de la rigidez a la flexibilidad porque la influencia de estos modelos sobre nuestra vida es a mi juicio obvia.  En la misma línea que otros aspectos del día a día, el trabajo ha ido cambiando de formas más rígidas y estables, a otras más flexibles e impredecibles. Las garantías sociales siguen estando presentes, pero ahora es algo que también ha de ir obteniéndose como resultado de un cúmulo de decisiones que marcan la trayectoria vital. El momento de constante reconversión técnica y tecnológica en el que nos encontramos actualmente, obliga a los trabajadores a reinventarse y adaptarse constantemente a los cambios; ahora más que nunca vemos como el dicho de ‘reinventarse o morir’ se hace patente. Es necesario enfrentarse a decisiones acerca de la preparación y profesionalización de las habilidades: por ejemplo si es mejor diversificarse o especializarse, aunque la realidad es que en las rutinas de trabajo cada vez se hace más vital el hecho de saber hacer muchas cosas, y al mismo tiempo, en un alto nivel de especialización.

Y a este respecto, podríamos decir incluso que la cada vez mayor importancia de la inclusión de la tecnología en los modelos productivos y su constante evolución ayuda a la inestabilidad laboral, pues implica nuevos saberes constantes, y de ahí, también una reformación de las plantillas de trabajadores, que, o se adaptan constantemente, o se ven evocados a los EREs o las prejubilaciones. Como no podía ser de otra forma, la influencia de estos fenómenos en la vida diaria es innegable, pues la incertidumbre a corto plazo provoca que no se puedan realizar planes a largo. En esto vemos bastantes coincidencias con Ulrich Beck, que habla de la progresiva flexibilización e imprevisibilidad de los estilos de vida, lo cual puede desembocar en problemas de ansiedad ante la velocidad en la que se desarrollan los acontecimientos y la inseguridad de poder ‘montarse al carro a tiempo’.

martes, 25 de febrero de 2014

Un primer acercamiento

Como esta es la primera entrada, y en principio el único requisito era escribir, supongo que una primera toma de contacto adecuada sería presentar el tema que en estos momentos estoy trabajando para el TFM y cómo creo que se puede relacionar con esta asignatura después de lo visto en la primera clase que tuvimos; y como esto no deja de ser un interloquio, intentaré no extenderme demasiado.

Mi proyecto pretende un análisis de discurso de la rebeldía en M68' y el 15M, y hacer análisis de discurso supone rastrear en los discursos, escarbar en ellos para encontrar qué es lo que esconden; no es simplemente considerar aquello que explícitamente se dice, sino más bien, averiguar qué conlleva lo dicho y qué lleva detrás. Por su parte, la rebeldía supone ya de por sí una categorización, y pueden haber distintas definiciones según diferentes autores, aunque para mí, hay una que se eleva sobre las demás: es la de Albert Camus, que en uno de sus libros más célebres, 'El hombre rebelde', dice así: "¿Qué es un hombre rebelde? Un hombre que dice no; pero si niega, no renuncia. Es un hombre que dice sí desde su primer movimiento?" En realidad, lo que dice Camus aquí, es que alguien que se rebele contra algo, no debe negarlo simplemente, sino elevarse sobre ello: aquello que no se desea se rechaza en función de lo que se desea; es decir, que el rebelde es un hombre que ha de saber: ha realizado un juicio de valor, en virtud de él, tiene criterio para saber qué es lo que quiere y lo que no quiere. Y añade Camus, que de esta manera, la rebeldía es una dimensión esencial en el ser humano; un ser humano que no pretende destruir, sino crear. Y en mi opinión, desde esta perspectiva, la rebeldía se convierte en un concepto realmente atractivo. No se puede considerar a las grandes figuras de la historia sin declararlos rebeldes en su máxima expresión: desde Alejandro Magno, a Marttin Luther King o Nelson Mandela y muchos otros. Son todos ellos personas que se negaron a admitir lo que ya estaba creado como el fin último para dar lugar a cosas nuevas.

Y es más o menos ahí donde yo veo una ligazón innegable con la innovación: porque si la innovación es crear cosas nuevas, en primer lugar habrá que destronar lo viejo para dar lugar a lo nuevo; y de esta manera, el hombre innovador no deja ser en gran medida -y no sólo en gran medida, sino en su origen-, un hombre rebelde.

Pero como esto es sólo un interloquio, este será un buen punto y seguido hasta lo que está por venir. Y como un interloquio no deja de ser una palabra que ni siquiera aparece en el diccionario, fue el punto perfecto para dar comienzo a la innovación.